lunes, 13 de diciembre de 2010

MUERTE DE ENRIQUE MORENTE

El día 23 de noviembre, con motivo de un concierto que ofreció en El Molino de Barcelona, organizado por la cantaora catalana Mayte Martín, le confesó a la artista que estaba muy malo. “He venido porque se trata de ti”, le dijo. Sin embargo, su delicado estado de salud no le impidió ofrecer esa noche un gran concierto, según Mayte. “Cantó como nunca; con poca fuerza, pero con una profundidad increíble”. El día 2 acudió por sus propios pies a la clínica La Luz de Madrid para un nuevo reconocimiento y los médicos le dijeron que había que operar con urgencia. Lo operó el día 4 el cirujano extremeño Enrique Moreno González, una autoridad mundial en transplantes hepáticos y en cirugía de intervenciones gastrointestinales, pancreáticas y biliares. Este cirujano de 71 años fue Premio Príncipe de Asturias en 1999. La intervención quirúrgica duró desde las ocho de la tarde hasta las una y treinta horas de la madrugada. Al parecer, la operación salió bien y Enrique llegó incluso a bromear con los médicos y la familia, con su conocida carga irónica. Sin embargo, en el postoperatorio, el maestro sintió unos dolores espantosos y llamaron al médico, que tardó dos horas en llegar, según fuentes cercanas a la familia, aunque esto está aún por confirmarse. Poco antes de entrar de nuevo al quirófano, al parecer, con una hemorragia interna, se produjo la lesión parcial en el cerebro y llegó a temerse seriamente por su vida. De hecho, una enfermera salió del quirófano y le dijo a la esposa del artista, la bailaora Aurora Carbonell, que se prepararan “para lo peor”. La mujer del maestro, en conversación telefónica con un admirador del artista, se refirió a que “le habían quitado una cosa fea”. Sin embargo, la palabra cáncer no trascendió hasta días después. El cantaor entró en estado de coma el lunes día 6 y desde ese día todo han sido especulaciones, conjeturas e informaciones poco contrastadas sobre el estado del artista granadino. A las setenta y dos horas del ingreso de un enfermo en un hospital la familia ya puede pedir un parte médico, que puede hacerse o no público según el deseo de la propia familia. En este caso, la familia Morente no era partidaria de dar a conocer el parte médico. Ni siquiera de mandar un comunicado a los medios de comunicación. El día 11 la familia mandó uno muy breve, a través de la SGAE, en el que anunciaban que el cantaor estaba “estable” y que todo seguía “igual”. Ese día ya se sabía que no había solución posible, aunque siempre se espera el milagro. De hecho, según algunas fuentes cercanas a la familia, el alcalde de Granada, que estuvo en el hospital el pasado día 10, comentó al llegar a Granada que el Ayuntamiento debería albergar la capilla ardiente, aunque esto está por confirmar.

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